

Descripción
Este cuadro presenta una escena serena y evocadora de un río serpenteante atravesando un bosque en pleno esplendor otoñal. Los árboles, en su mayoría coníferas, se alzan majestuosos, mientras algunos han comenzado a cambiar sus hojas a tonos dorados y amarillos, indicando la llegada del otoño. El río, con su agua cristalina, refleja el cielo y el entorno verde, aportando un contraste vibrante con los colores cálidos de la vegetación circundante. Al fondo, una cadena montañosa se eleva imponente, añadiendo una sensación de profundidad y grandeza a la composición. La técnica de pinceladas gruesas y texturizadas utilizada por el artista proporciona una calidad táctil a la pintura, haciendo que la naturaleza casi cobre vida ante los ojos del espectador.
La obra transmite una sensación de paz y armonía con la naturaleza, capturando la belleza efímera del cambio de estaciones. El juego de luces y sombras, junto con la rica paleta de colores, crea una atmósfera acogedora y contemplativa. Es una invitación a sumergirse en la tranquilidad del paisaje, a escuchar el suave murmullo del río y a apreciar la majestuosidad del entorno natural, recordándonos la interconexión entre todos los elementos de la naturaleza.
Medidas